«Oxigen es mucho más que un centro de estética y bienestar. Para mí, que hace ya más de 15 años que voy con regularidad, es un lugar donde me siento a gusto. Sé que al llegar de algún largo viaje o periodo de intenso trabajo, estarán Estrella, su directora y alma de Oxigen, y su equipo esperándome con alguna buena propuesta, ya sea un masaje antiestrés o un drenaje circulatorio y linfático para mis piernas.

La verdad es que soy de las que piensa que los masajes y los cuidados de uno mismo no deberían ser tomados como grandes lujos, sino como momentos de encuentro con uno mismo donde saber desacelerar el ritmo de vida que llevamos, nos dará una mejor calidad de vida y nos hará subir la autoestima. Siempre que me preguntan cómo hago para compaginar trabajo y familia, contesto que es cuidándome primero yo misma para después dar lo mejor de mí frente a mis hijas, mi pareja y por supuesto en el trabajo. Además, ¿por qué pensar que darse un masaje semanal o quincenal es un gran lujo?

Hay escritos que revelan que ya en el 3.000 a.C. se utilizaban los masajes en las antiguas civilizaciones hindúes, egipcias, chinas y más tarde romanas y griegas, para aliviar migrañas, combatir síntomas de agotamiento, facilitar el parto sin dolor o remediar dolores en algún miembro. Así es que no es una tontería de nuestros tiempos, todo lo contrario. Tengo claro que recibir un buen masaje es una de las acciones más placenteras y beneficiosas que podemos experimentar, tanto para el cuerpo como para la mente. Me gusta dedicarme tiempo para mí misma, tan escaso a veces, y poder contar con Oxigen, es un regalo que me hago siempre que lo necesito.»

«Los cuidados del alma están cubiertos por mi familia, mis amigos, la naturaleza, el arte, el yoga, el deporte… todo lo que me hace sentir bien. La belleza de la felicidad viene de dentro y se ve por fuera, pero para mí los cuidados de mi aspecto y mi cuerpo son también importantes. Confío en la simbiosis de mis rutinas de deporte y yoga con una buena alimentación y los tratamientos del centro Oxigen en Barcelona.

Conocí a Estrella Pujol, el alma de Oxigen, a través de mi amiga Judit Mascó, quien me habló maravillas tanto de ella como de su equipo. Conforme la fui conociendo personalmente, me di cuenta de que realmente disfruta cuidando la belleza y el bienestar de sus clientes con su buen hacer. Su equipo se preocupa de conocer al detalle las necesidades de cada persona y personalizar los tratamientos, pudiendo confiar plenamente en sus expertas manos y en sus propuestas.

Es un verdadero regalo poder contar con este centro cerca de casa, en Barcelona. En Oxigen cualquier tratamiento se convierte en un ritual, sin prisas, tomando el tiempo necesario en cada paso, disfrutando al máximo de mimos y momentos de tranquilidad.»

“Por una cuestión cultural las mujeres nos acostumbramos a cuidar de todos los demás antes que a nosotras. Así lo hemos aprendido de nuestras madres y nuestras abuelas y así lo hacemos cuidando también a los nuestros. Pero el mimo tiene mucho poder, y el día que descubrimos el placer y la importancia de cuidarnos a nosotras mismas estamos desenvolviendo un regalo y un privilegio del que es difícil prescindir.

Yo aparezco en Oxigen por sugerencia profesional. En principio, la intención era absolutamente estética, volver a tonificar el aspecto de la piel, la elasticidad, la musculatura, volver a darle brillo a mi cara haciendo las limpiezas y los tratamientos que casi nunca he hecho, darle un pequeño giro a mi forma de alimentarme y ejercitarme físicamente, pero ha resultado que todo este tratamiento externo ha devenido en beneficios para el alma.

Había un error de base: En mi caos de vida no había sitio para regalarme un rato semanal para ponerme por delante, y ellas “me obligaron” a aterrizar y encontrarlo. ¡Qué importante! Después de estos dos años en los que hemos podido encajar bocanadas de Oxígeno como encaje de bolillos entre las mil cosas que se amontonan, ese rato semanal que me regalo resulta que no solo es evidente a los ojos, sino que me proporciona un bienestar anímico que se nota en mi casa, con mi familia y por supuesto a la hora de contagiar buenas vibraciones en mi trabajo.

La belleza ya vamos sabiendo que es transversal, que no se trata solamente de cuidar el exterior sino que tenemos que alimentarlo con buenos cuidados y vitaminas para el interior y en Oxigen encuentro manos cariñosas amables, expertas que me proporcionan muchas toneladas de energía para irradiar en todas las direcciones.

Gracias por vuestro cariño, profesionalidad, paciencia y bien hacer. Oxigen, como el aire que respiro, ha resultado ser vital en esta etapa de mi vida donde reivindico la belleza natural por encima de todo, pero siendo consciente que la naturaleza necesita a veces una pequeña ayudita para optimizar resultados”.